Camet

EL IDILIO

 

Larga espiruleta a ras del suelo,

La mira con sus ojos cargados de sueño;

Una línea ondulada bajo su mirada,

Plática que amaneció en sus brazos aquella mañana.

Aquellos amantes que se encuentran en la cama,

Agotados están, cansados y sin pijama;

En los sueños ahora continúan, entregándose el alma.

Cómo anoche cuando encendidos parecían una fogata;

Prendida muy alta, brillante y desbordada,

Infinita, incólume, increíble, desatada.

 

Los encuentros de dos cuerpos, con pasiones guardadas,

Son trascendentales, místicos, sin explicación a la ignorancia.

Pero que suceden como parte de un ciclo que no acaba,

Lazos que tejiendo, crean enramadas.

Historias guardadas, quizá de las miradas,

Que al concluir se ocultan; se quedan sin medallas,

Sin nombres quienes las gustan, sin rostros quienes las pasan.

Tan solo polvo en el viento, que al soplar el aire se acaba,

Que se diluye en el tiempo; ahogando las palabras.

Pero que si escuchas lento, sin prisas que distraigan,

A los susurros que fueron gritos; que sobre las paredes retumbaban,

Oirás muy quedito declararse que se aman