Ansiedad maravillosa
que me conoce de día
y me conoce de noche,
que me llega desde siempre
y me produce congojas,
alegrías sin sentido
y domingos sin mañana.
Ansiedad decía un tipo
que no sabía apreciarla,
que la ignoraba sin asco,
que la borraba temprano
mientras se estaba bañando e
n el jardín de mi casa
rodeado de nieve blanca.
Ansiedad de cada día,
sin saber lo que me pasa,
sin mirar hacia el futuro
porque el futuro me engaña,
sin contar con muchas cosas
que me duelen en el alma
si alguna vez te escuchara.