Te escucho en mi silencio,
te veo en mi ceguez,
tu voz arpegio es
escapado del cielo;
te toco en mis recuerdos,
disfruto tanto bien,
no parece que fue,
sino que es algo eterno;
estás en mi almohada,
te ciño con mis brazos,
y disfruto de tu alma
lo tenue de su paso;
te beso día y noche...
¿por qué nos separamos?