Menos mal que visité a la poesía más hermosa de todos los tiempos,
yacía llena de flores marchitas, grietas, racimos de lágrimas,...
la fui repitiendo como si estuviera allí con Él en aquellos momentos,
\"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los mansos y humildes, porque ellos poseerán la tierra por herencia.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los que tienen puro su corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia porque de ellos es el reino de los cielos.
Dichosos seréis cuando por mi causa os maldijeren y os persiguieren.\" (*)
(*) Todo aquel que oye estas palabras mías y las lleva a la práctica, lo asemejaré a un hombre sabio que construyó su propia casa sobre roca. Descendió la lluvia, salieron de madre los ríos, soplaron los vientos y dieron con ímpetu sobre aquella casa y no se derrumbó, pues estaba edificada sobre roca. Y todo aquel que oye este discurso y no lo lleva a la práctica, lo comparo con aquella persona necia que construye su casa sobre arena.