Pasan tantas cosas en un día,
Unos pasan muy rápidos
Y otros son infinitos,
Lo que importa son los latidos…
Que bombean nuestros corazones,
Entre nostalgia y mal de amores
Miro el desván de las ilusiones
Y esta casi vacío y con temblores…
La mañana con sus despertares
La tarde de nuestras conciencias
Y la noche con la luna y sus estrellas,
Tres capítulos, tres vivencias…
Que van cambiando, según las alegrías
Y si asoman las penas, llantos de agonía
Que tanto enervan, Todas mis fibras
Y el epicentro de mi ser y mi albedria…
Cuentos que nacen todos los días
De la impresora del cerebelo,
Cabeza sensible, llena de vías
Minúsculas venas siempre en proceso…
Trabajando las coordenadas del verso,
Miles de poemas de amor en su sintonía
La vida me ha dejado sin vivir el sexo,
Sentido que destrozo, toda mi autovía…
Quizás algún día si Dios quiere,
Pueda volver a esos placeres,
Que calientan el latido, que hierve
¡Pasan tantas cosas en un día!
¡Los días son imprevisibles unos despertamos sonriendo y otros los vivimos, con la llama del infierno!
¡Y mientas tanto, sigue el curso de la vida imparable en su codicia pido ayuda, a mi parcela de cielo!
Modesto Ruiz Martínez / Miercoles, 25 de Agosto de 2010