Que difícil es buscar en el pasado
Saber que aún no ha terminado,
Aprender que para sanar hay que escarbar,
Agarrar y llenar maletas para luego tirar.
Que en el proceso hay que llorar,
Y por mucho que quiera también asimilar.
Que no sólo es el entorno, soy yo.
La que tiene miedo, la que no sabe por donde empezar
La que ve lo que quiere pero se trunca porque es más fácil culpar a todos que ser responsable.
Admitir que falló, que no es perfecta,
Que no puede seguir sacrificandose para agradar a todos
La que se cansó de escuchar a todos y pensar ya vendrá mi momento... Pero nunca llega
La que dejó de lado lo que quería por estar ahí para todos.
Al fin se rompió la cadena,
Se quebró en mil pedazos al ver que su corazón no volvía.
Que las palabras no la abatían y la muerte no la inmutaba.
Que el dolor se volvió relativo pues lo neutralizó en lugar de superarlo.
En fin, las heridas de la masacre que yo provoqué siguen ahí,
Esperando a que les haga frente o me deje morir.
Inspirándome en quien me vio y no me soltó,
En el que me eligió y de hecho lo hace cada día.
Aquel que sin miedo me examina y me dice desde donde debo abrir y hasta donde debo llegar.
Que no duda en ser mi sangre y roca.
Que no duda en darme aliento y empujarme aunque eso lleve tiempo.
Heridas vividas, heridas vacías, pues de a poco me matan.
Y aunque es el principio, seré esa obra maestra.
Esa historia con final feliz, con lágrimas en todos los tonos y matices.
Pero al final lo lograré.
-Joss-