Montañas reverdecen
cielos entristecen
ciudades resplandecen
y a ti,
tu cabecita
blanca el tiempo protege.
Generaciones
presenciaron tus pupilas
aumentando estatura
multiplicando
dinastía
con orgullo creciente
e incondicional caricia.
Computadora infalible
de manera increíble
anticipando festejos
recientes, añejos,
cumpleaños y fechas
de propios y ajenos
siempre recuerdas.
Cálidas cubiertas
multicolor candor
tus colchas tejidas
horas creativas,
ideas compartidas
con gancho y amor.
Sonrisa,
dentición mostrando
el paso de los años
alegría genuina
respirando al día
preservando familia.
Yayita querida
aunque ausente
he estado
te guardo a mi lado
¡oh! preciosa presencia
en tu ya más
de un siglo de existencia.
Copyright©2010 Rocío Vega-Ponce