Urquiza

CADERAS

El palacio de tus caderas

el confín remoto de tu cintura

el baile ciego de tu rostro

el quiebre de locuras

al compas y a la deriva.

 

 

Toda su escultura

se dibuja entre las sombras

como un cruel dibujo

que solo desea poseerse

al acabar la noche

al comenzar el día.