¿Quién Prospera, el vuelo perfecto, de la blanca paloma,
Y levanta al mendigo, de su miseria. Y al rico desploma?
¿Quién deja ir a su hijo, para ser presa de la calamidad,
Donde, hombres perversos, para salvar, toda la humanidad?
¿Quién, hace soñar quimeras al sol, apagándolo en la noche?
¿Quién despierta las flores, en un espectáculo de días, multicolores.
¿Quién perdona los pecados de los hombres, olvidando sus rencores?
Te pido hijo… cánsate corriendo al horizonte o volviendo a tu morada,
Llevando tus cargas sabiamente, dejando de tu aliento para Jehová.
Bendito sea el nombre de Jehová, que vela sin cansancio, con bondad,
Bendiciéndonos de día y de noche. Librándonos de toda maldad.