Miranda Mori

Sabor a Soledad

¿A qué sabe la soledad?

Se siente el sabor en las lágrimas,

como cuando el vinagre

atraviesa la garganta.

 

Se siente cómo la boca se amarga

como si un puñado de hiel

 peleara con los labios   

para tocar el paladar.

 

La boca se va secando lentamente,

la sed nunca se apaga

y se sigue saboreando

 el amargor hostil de la soledad.

 

El amargor traspasa

la frontera de la boca

para seguir avanzando

hasta cruzar el umbral del la boca.

 

Y no existe miel ni vino

que haga olvidar ese mal sabor.

Solo el sabor de la evasión

puede apaciguarlo para siempre.