Donde hay un payaso triste que mira a un idiota que vende reparaciones a descosidos corazones, donde un tonto vende tickets de sabiduría y un ciego hace de guía, donde los ángeles creen en una noria chirriante que acaricia el cielo; donde los autómatas hacen equilibrios para vivir un minuto al día, donde la vida vale lo que vale el interés de una apuesta y gana el que más dolor pone sobre la mesa… El que menos corazón muestra, el resto que siga rodando y rogando, mirando al cielo quizás se pregunten ¿nos salvaremos?, María la virgen y yo lo creemos. En la gran noria… ángeles alcanzando el cielo con un dedo, ruedan para no posar un pie en el suelo, para no llagarlo en este infierno. Donde la fémina buscó a un amante cobarde pero que lave y planche la leche agria de su amante, donde los leones no mataron a Cristo... “ fue la bárbara toxicidad de la polla de un alto cargo con poco tarro “como todos” “como un dios al mando” dando por todo costado… Donde la más divina buscando y un adinerado se arruina, donde la rutina deja fuera al artista, donde quien entiende no valora más que una firma, si carece ya no entiende y se orina. Donde el tren corre más que la escoba bruja… aferraros bien a esta vida los quemados… y otros que buscan rodar y mendigar con la cuestión de ¿el cielo nos salvará? A medida que el humano muera más rápido de lo que lo había hecho en esta vida, las cenizas que mantienen las nalgas prietas... una bruja y su escoba serán su cena en la próxima luna llena. De Alberto GP