Refinado coloso parisino
embellece el paisaje vespertino.
Su estructura metálica brillante
es testigo de vida trepidante
de un lugar con historia deslumbrante
y cultura por siempre fascinante.
Maravilla que causa admiración
de franceses ufana distinción.
Queda absorto el curioso peregrino
por la joya de aspecto fulgurante
que sin duda despierta su emoción.