¿Y vos la llamáis loca?
¿Aseguráis qué era loca la piba?
¡Ah! pero loca, loca, le decían.
Qué sabían ellos de locuras;
Creían lo que veían y reían.
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¿No sabéis qué es la locura?
Ignoraban las desventuras
de la mina, más aún, su cordura.
Tontos, la vejaban como dementes.
Con burlas y no con ternura;
insultaban a la inocente.
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¿Qué le pasa a esa mujer?
¡Gritó fuerte, un fulano!
“Fastidiar, es el placer del zutano”:
Gritó una viejita al ver a un Gil,
a otro otro tipo inhumano.
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¿Qué es lo que aquí sucede?
Dijo un Señor, qué para oir, retrocede.
Y con voz grave en una frase sentencia,
para ayudar a la inocencia:
¡Huid de esos cuya ignorancia,
es parte fiel de sus vagancia!