Yo sueño con desnudar su sombra,
devorar su cuerpo en cada verso;
me emociono cuando alguien la nombra
y desato mi instinto perverso.
Desnuda la recorro en alfombra
de pies a cabeza y en reverso,
mientras al cielo nombra y renombra
acaricio todo su universo.
Beber sus ojos en lo prohibido
hasta perder nuestra lucidez
con nuestro corazón comprimido;
sudar, respirar su calidez
descubriéndola en cada gemido
tal como en nuestra primera vez.