Cuando la tea celeste
se sumerge más allá de la faz de la tierra;
cuando es el horizonte
quien se viste de todos los cálidos colores;
cuando las negras siluetas de unas barcas
se acunan plácidas en tu puerto;
cuando unas artificiales luces humanas
deciden describir senderos en el mar…
es entonces cuando mi alma
sale a dar un paseo con su amiga la luna
por la playa de la vida.