¡Ay!… cuando crezcan mariposas, y revoloteen en tu vientre la primavera del amor… cuando la razón ¿existe?, cuando danza la pasión. ¡Ay!… cuando crezcan ¡Quién diga no!. ¿Acaso viva quien… muera sin conocer ilusión? ¡Sin amor!. ¡Ay!… cuando en mis letras surjan violetas en flor… cuando las recolecte la musa que inspiró, tuyas son. ¿Acaso incapaz?… Cobarde no, quizás algo soñador, audaz por edad… o ¡que sé yo! Si sé que me sobra para hablarte de amar. ¡Ay!… cuando pienso tu juventud… cuando dejo de enamorar… cuando mi piel muestra canosa en el espejo, cuando el espejo del alma muestra viejo. ¡Ay!… cuando crezcan mariposas en tu vientre… cuando en el frío invierno mueran mi corazón. O ¡que sé yo!. ¡Ay!… cuando yo no esté, ¿Quién bailará esta vida con vos? ¡Ay!… cuando lo que prometo te debo, cuando no te menciono por respeto… De éste que fue inconsciente si hirió.
(De Alberto Gimenez Porcar)