Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Antonio Machado.
En los márgenes del tiempo
viejas hogueras sacuden mis cimientos
y me pierdo con los verso de cualquiera
que me brinde tierra verde
y sombra en los senderos.
Con mis anhelos, mi prosa y mis edades,
mi ignorada leyenda quiso,
a trozos, ir desnudando mi pasado.
Resisten al olvido
las huellas con que vine haciendo mi camino,
ciertas páginas del recuerdo
que tienen demasiadas tarde de soledad y hastío
donde el tiempo pasa más despacio
y las cenizas del silencio
van llenando de garabatos mis cuadernos.
En todo cuanto la muerte no pudo robarme,
los ayeres grises, la lluvia en los cristales,
las rimas y los cuentos;
quedan alojados mis secretos.
En este patrio frío maldije
mi ayer y mi destino
y sembrando mis semillas
yo vine haciendo mi camino
sobre los márgenes del tiempo.
Pero quisieron mis letras y mis ansias
descubrir en los surcos de mis huellas
la hermosura de los grillos que cantan a la luna.