Felicio Flores

La hache es muda no ciega

La hache es muda, no ciega.
Solitaria, con su insonoridad,
anhela la mano de un poeta
que su silueta no haga callar.

Huérfana de sonido natural,
fue sentenciada al silencio,
aferrada a un dígrafo tenaz,
resuena su eco más poético.

Irregular cual hilo al céfiro,
viajó entre varios dialectos,
de los fenicios a los griegos
y desde allí al mundo entero.

La hache es muda, no ciega,
vive soñando con un fonema.
No está sola, no está muerta;
¡hasta en su nombre la lleva!

—Felicio Flores