EL BICENTENARIO DE LA ESPERANZA.
Sobre el nevado inmaculado cordillerano,
que viste al imponente huscaran ancashino,
emergen una sonrisa feliz de la bruma andina,
que resplandece el helado y lindo amanecer.
Sus cabellos son frescas retamas amarillas,
¡Oh! pétalos laciados, color azabache puro,
canta una canción de letras de fe y esperanza,
porque algún día llegue a su natal el gobierno.
El bicentenario pronto llegara a los andes,
gracias a un líder campesino y maestro forjador,
se abre el abanico de oportunidades para ella,
un futuro promisorio de justicia social alcanzara.
Ansia cumplir sus sueños de una fértil pachamama,
un gobierno inclusivo y de personas honestas,
para invertir en la tierra que nos da alimentos,
lo justo que espera la niñez y la juventud peruana.
Al final del túnel imponente del gran cahuish,
se vislumbra un nuevo amanecer ostentoso,
nuevas oportunidades para sembrar y trabajar,
es el despertar de la gente del tahuansituyo.
Hermanos de la Costa, Sierra y la gran Selva,
unidos por una nación de grandes oportunidades,
para todos sus hijos e hijas, dignas de respeto,
no a las migajas ni regalos de los corruptos.
¡Bello mi país!, sus prados, aires y su puna,
provocan suspiros y admirados de los turistas,
cuanta riqueza tienes, pero solo la miramos,
los extranjeros la saquean y nos dejan migajas.
Florece la cascada de perlas en tu sonrisa infantil,
labras los campos con amor, sudor y fatigas,
vas dorando el trigo y amasando el pan del dia,
cosechando las papas, la quinua y la kiwicha.
Justo Ponte Cruz.-
10 junio 2021.