Me niego a ser tu recuerdo,
Ha esconder mis manos entre los bolsillos,
Ha dejar de buscar tu cuerpo con mil palmas
Ha dejar de escribir tu nombre en mis sabanas
Me niego a evitar el insomnio
Ha recorrer tu cuerpo, lamiéndote ausente
Ha buscar tu boca entre oscuridades hasta alcanzar tu alma
Ha detener mi mano en tu vientre para humedecer mi hombría
Me niego a dejar de ser la huella
Ha marcar el camino de regreso, acariciando las piedras
Deshojando las flores que pisan tus pies descalzos
Para llegar a mi abrazo, para unificar el latido
Me niego a dejar de ser noche
Para vencerte los fríos cobijada de orgasmos
Para proteger tu inocencia mientras sueñas a mi lado
Colocar mi mano en tu espalda y cruzar tus pies con los míos
Me niego a dejar de ser precipicio
Al que te lances de puntillas
Confiando en tus instintos,
Abriendo tus alas blancas
Hasta alcanzar la libertad,
Que te propone mi alma ingenua
Me niego a dejar de mirar tu rostro
Ha sucumbir en tu mirada
Ha perder por ti la calma
Y navegar contracorriente
Me niego a condenarme ausente
Apartado de tu vientre.