Angélica Salazar

El festival de mora azul

El festival de la mora azul es frente a un acantilado,

quizá porque ante él va quien aún no creció o vivió demasiado

Quien iba ahí antes, seguro lo hacía para morir

Quien va ahí ahora, seguro aún lo considera

Porque el festival está abierto a niños desahuciados

Y tiene un gran vistazo al cielo iluminado

De luces brillantes cual cada ser inmaculado

Es hermoso, y azul, y frío

Y desfilan ante él tomados de las manos

Mas nadie aún se acerca al acantilado.

Prefieren degustar las canastas de moras

Machacadas, no sabrosas

Pues comerlas y morir de frío estrellado

Sea quizá más cómodo que morir de aquel otro lado.

 

Al festival de mora azul van jóvenes y viejos

El coronel Sanders los acepta a todos por igual

El coronel fue el creador del evento

El coronel tiene un nombre repetido

Nada tiene de coronel, en realidad

Solo creció muy niño y muy adolorido

Y es egoísta, hizo el festival para sí mismo

Pero le cayeron las ánimas

Y algún foráneo lo oyó al cantar

Llegado a un punto,

todo aquel que lo entendía, conocía aquel lugar

Y asistía a comer moras

Si tenía el humor, bailaba con él

A un ritmo lento y sin compás

De una radio a baterías

Cuya voz apenas se oía

Pero reconfortaba el alma ante el vacío

Y eso todos los sabían

Sin importar si riesen

o llorasen muy fuerte.

 

Mas en algún momento de la historia

El festival del coronel llegó a ser uno de verdad

De mujeres y vestidos

De alcoholes y mendigos

El festival de la mora azul se hace aún en el mismo sitio

En un pequeño espacio construido

Frente a aquel acantilado de cielo frío

Y un coronel Sanders ya caído.