El festival de la mora azul es frente a un acantilado,
quizá porque ante él va quien aún no creció o vivió demasiado
Quien iba ahí antes, seguro lo hacía para morir
Quien va ahí ahora, seguro aún lo considera
Porque el festival está abierto a niños desahuciados
Y tiene un gran vistazo al cielo iluminado
De luces brillantes cual cada ser inmaculado
Es hermoso, y azul, y frío
Y desfilan ante él tomados de las manos
Mas nadie aún se acerca al acantilado.
Prefieren degustar las canastas de moras
Machacadas, no sabrosas
Pues comerlas y morir de frío estrellado
Sea quizá más cómodo que morir de aquel otro lado.
Al festival de mora azul van jóvenes y viejos
El coronel Sanders los acepta a todos por igual
El coronel fue el creador del evento
El coronel tiene un nombre repetido
Nada tiene de coronel, en realidad
Solo creció muy niño y muy adolorido
Y es egoísta, hizo el festival para sí mismo
Pero le cayeron las ánimas
Y algún foráneo lo oyó al cantar
Llegado a un punto,
todo aquel que lo entendía, conocía aquel lugar
Y asistía a comer moras
Si tenía el humor, bailaba con él
A un ritmo lento y sin compás
De una radio a baterías
Cuya voz apenas se oía
Pero reconfortaba el alma ante el vacío
Y eso todos los sabían
Sin importar si riesen
o llorasen muy fuerte.
Mas en algún momento de la historia
El festival del coronel llegó a ser uno de verdad
De mujeres y vestidos
De alcoholes y mendigos
El festival de la mora azul se hace aún en el mismo sitio
En un pequeño espacio construido
Frente a aquel acantilado de cielo frío
Y un coronel Sanders ya caído.