Francisco Barreto

0DA A LA ROSA PROFUNDA

continuación...

 

PETALO 4                                                                   (…la rosa se aleja)

 

Una tarde que ofrecía sus ráfagas de aire tibio

mecían descarnadamente a un

lote de MALABARES que se acicalaba

en el espejo de la tarde azulada;

una ribera de CAYENAS exfoliaba

los sedimentos de polen de sus anteras

inutilizadas, que se quedaron en estambre perdido

sin embargo un fresco soplo de brisa repentina

retardaba el final de una corola moribunda,

y en medio del vergel palpitante de savia

aparecía mi “Rosa Profunda”

como una Venus ataviada de ropajes reales.

Emulaba una Reina en su diario recorrido

por su “Parnaso” particular.

muestra rara  de candidez y belleza

que el pudoroso temblor de la castidad

mantenía vigiladas.

Venía abierta desde la Aurora

presentándose  trémula ante una noche

que exigía el tributo de su frágil ideario,

 

“Dorada y azul, como los deseos imposibles

y los vanos sueños de una planta” (9)

 

“El que vive, de amor nace 

Y se sustenta de amor;

Cuando muere es un rigor

Que nuestras vidas deshace”… (10)

 Aseveró el bardo antiguo.

Así empezó mi vida a deshacerse

cuando un extraño pasajero

que venía desde los intersticios de la tierra.

Como una mortal guadaña,

Acompañándose  de una luz polvorienta,

en medio de un remolino de

los que peinan la tierra

librándola de huellas de pasos arqueados

y semillas estériles,    

en medio de una fuerte andanada de vientos furiosos del norte

irrumpió en fracciones dentro de mi corazón

y se llevó  mi encarecido ideal.

¡Se llevó tu amor “tisú”,

 ese que el infinito puso en mi alma

y le dio apariencia de cielo.

No hubo indicación alguna de asertividad, 

ni vinieron los dioses vegetales con sus hegemonías

a suplirte en mi esplín,

ni las voces verdes y ocultas

de la palpitante selva

cantada a través de una Ninfa eremita

para desmentir tu agravio.   

Como la flor que espera confiada

cada día al trino colibrí

que no volverá jamás;

así quedó  mi inútil alma

y mi endiosada armonía,

convertidas en insondable hastío.

Y el sofocante laberinto

que se formaba en mi ceño otrora risueño

revivió en mí el drama descarnado

de la HAMADRIADA, (11) triste semidiosa

oculta dentro de una  encina arrancada

de sus bosques contra su voluntad, y obligada

a convivir con los humanos en una plaza publica

murió por el insondable hastío del vano discurso

de ,los mortales; muerta la semidiosa

murió también la encina…  

Ah! mi  prometedora y abigarrada pradera,

asaz de mis palpitaciones esperanzadoras

 era ahora toda broza, toda maleza;

solo el esbozo de un surco infinito

que se degeneró en rompido terraplén  

se frisaría en mi vida occidua.

Y una eterna pregunta sin respuesta

sería mi signo delator:

¿Qué le habrán hecho mis manos?

¿Qué le hicieron mis besos?

¿Qué extraña saliva salió de mi boca

y envenenó su corazón?...

 

Para cuando amaneció y el sol

 trajo consigo la esperanza que ofrece la luz

ya era historia su recuerdo.

La desesperación y la rabia

colmaron la obra de mi hastío

y empezó mi cruel vía crucis su inclemente tráfago  

El taxativo pechándome a cada instante

Un tortuoso y asfixiante pensamiento

“Viviría oculta bajo su apariencia

Calmosa y apacible, las huellas ocultas

De una ambición y vanidad no satisfechas? 

 Llegue a recriminar a mis ojos

que no la definieron mas bien como  CAMELIA

en lugar de Rosa, por ser aquella:

¡Flor vistosísima de extremada belleza

pero egoísta, sin ninguna fragancia que ofrecer…!

Y condenóme a sentenciar mi suerte

con la del poeta que dijo:

 

   “Amor que al irse no está ausente;    amor sin dudas y sin fe,    como este amor intrascendente,    que, si llegó calladamente,    calladamente se fue...” (12)    

 

Y por perseguir su dulce aroma

comenzaría mi infatigable búsqueda

en medio de los rigores de la insondable noche

y bajo el calido abrazo del sol,

a todo lo que me devolviese el mas mínimo

asomo de la suavidad de su esencia

pero como custodia de mi irresoluto pesar,

en lugar de delicada floritura

solo ASFÓDELOS amargos vinieron a mi

para turbar aún mas mi razón.

Aún así la búsqueda continuaría.

Y al igual que en el  dialogo sitibundo

de ALBETO SORIA con la SOMBRA:

cuando esta le advierte en temeraria sentencia

a que no traspasase sus umbrales

ante la imposibilidad de regreso

la sombra le decía:

 

“…me verás por todos los caminos,

detrás de todas las rocas, al pie

de todos los árboles; me escucharás

en la música de las aguas y los vientos;

me sentirás en la malsana esencia

de las flores. Adonde vayas te seguiré.

Al mismo tiempo iré a tu lado como

tu propia sombra  y dentro de ti como un incubo” …(13)

 

Ahora mas que antes  decidí continuar. .

Ahora como asumiendo los riesgos

que representaba perseguir  la “sombra del olvido”

y traspasar sus umbrales,

para lidiar con ella cara a cara

y oponerme a sus devaneos de desesperanza.

Ahora mas que nunca  decidí proseguir

en esta loca aventura diabólica

de ir contra la natura de las cosas

y poder llegar al fondo de su ser,

de su hegemonía disidente.

Con mi amor altruista me acomodaré

bajo su dermis; me apareceré cada mañana

en el sol que besa su frente,

y el centro del iris de sus ojos

será la celosía por medio del cual

absorberé del mundo sus rigores

para convertirlos en impresiones de grata fotografía..

Ahora mas que nunca decidí convertirme

 en una abigarrada muralla

contra el inclemente olvido

 que me muestra su fea cara.

¡NO ME OLVIDARAS!

Penetraré de ser posible en los corredores

Y andenes de su súper ego

y socavaré cualquier cimento armado

contra la eternidad del beso que se levanta huérfano.

Y al penetrar en el valle sensual de su vida vacía

en medio del infortunio mío de no tenerla

me acompaña un templado, bizarro y “morboso”

 gusto que va surcando adentro, muy adentro de mis “tripas”…

 

¡Algún día… “te despertarás en medio

de la sombra y lamentarás

que ni la noche ni el sueño

nos pudieron separar”…(14)

 

 

 

 

 

EPILOGO                                                                 (…el final de todo)

 

Lejos, muy lejos de la sombra

el ambiente calido de la sabana agreste

se mostraba amigable.

Una brisa como de mar batía

las frondas de los cujíes y arrancaba del suelo

una fina lámina de polvo cenizo,

parecía una brisa escapada del turquino mar,

cansada quizás de empujar velas blancas

y besar manglares, y se avino a estos solares,

trajo consigo los besos de una luna celestina

que pasaba hermosa como un disco plateado

y conservaba la frescura de los recientes besos de

un ramillete  de ALSTROMERIAS y CENTAURAS.

Un haz de AMARILIS y AZALEAS

de la mano de un excelso bouquet de ADELFAS y

una singular CLIVIA

apuraban el sesgo de la tarde que caía inminente.

Un delicado almacigo de exuberantes PEONIAS

agregaban beatitud al lienzo brillante

que lleno de MADRESELVAS melancólicas

terciaban junto a un dechado de JACINTOS lilas

y alegres CACTUCITOS.

Un cortejo de ALHELÍES y un gualda ACACIAKAROO

obsequiaron desde esta mañana

un calido recibimiento a ese viento marino

que venía pletórico de soles

a formar un mar de siesta, un mar de aromas

mar de Rosa.

Venia arrastrando voces y llantos quebrados

de mujeres solas y marinos cansados de buscar tierra

doble mar que empuja su doble ola

la tuya y la mía.

Y sigo imaginando el sereno mar que se

junta con el sereno cielo en aquella línea

difusa casi imperceptible,

como la unión de nuestras vidas. ¡Imperceptible!

Mientras, canto un canto viejo

cántico  de  poeta adulto

“alter ego” de mi búsqueda…

  “Todavía te busco mujer que busco en vano, mujer que tantas veces cruzaste mi sendero, sin alcanzarte nunca cuando extendí la mano y sin que me escucharas cuando dije: "te quiero..."   Y, sin embargo, espero. Y el tiempo pasa y pasa. Y ya llega el otoño, y espero todavía: De lo que fue una hoguera sólo queda una brasa, pero sigo soñando que he de encontrarte un día.

 

Y sentiré en el fondo de mis manos vacías, más allá de la bruma de mis ojos huraños, la ansiedad de las horas convirtiéndose en días y el horror de los días convirtiéndose en años...   Pues quizás esté mustia tu frente soñadora, ya sin calor la llama, ya sin fulgor la estrella... Y al no decir: "¡Es ella!" - como diría ahora -, seguiré mi camino, murmurando: "Era ella..." (15)

 

 

…y agregaría mi voz infeliz,

 hábil portadora de mi mente inexorable

y  por demás de visiones fecunda…

era  ella….LA ROSA PROFUNDA…

 

                                   

 

                                           FIN