Resbalan gotas de sudor
debido al maldito calor
como perlas por mi frente.
Tal que fueran solamente
pensamientos sin modales
concentrados en el vapor
desprendido de la piel;
diluidos de sofoco.
Por el momento presente
me niego a perder así
ante el calor temporal,
ni un gramo ni medio
de esa húmeda gracia
del Creador y creativo
en poética infernal,
que al menos, me divierte.
En la expresión cerrada
en sequedad de palabras
por la falta de hidratación
disminuye mi desvarío.
Ahí no me encontraréis.
Sí, el el efervescente
soliloquio del sentido.
La humedad de un pensamiento.