Dicen que caminar de espaldas,
es buena manera de romper con la rutina.
Es un ejercicio diferente
y todo lo diferente
deja una huella diferente cada día.
Pero… ¿Y pensar de espaldas?
Es como obligar al cerebro a retractarse;
es llevarle la contraria a la vida;
ir contra la corriente que te arrastra;
pensar que ayer será otro día…
Pero también es una filosofía sin esperanza;
es como detener el tiempo que nos queda de vida;
es alejar el futuro que nunca llega,
sin darse prisa.
Es como querer recordar el futuro que no existe,
porque hemos soñado con él toda la vida…
Pensar de espaldas…
¡Perfecta ironía!
Es aferrarse a la huella que deja lo vivido,
sin valor suficiente para dar el paso al frente,
el paso decisivo de la vida.
Frank Calle (10/ junio/ 2021)