me despido de este mundo.
mis ojos ya no veran mas
frios atardeceres, ni amaneceres oscuros.
me marcho como se marcha
la ultima nube blanca de otoño,
llenando de lagrimas esos ojos
que alguna vez me quisieron.
el sol ya no abrigara a esta rosada masa,
ni la brisa la consolara
llevandose en su seno, sus lagrimas.
me despido asi como se despiden
las tristes golondrinas que nunca mas volveran,
o como se despide ese lucero errante
que ya nunca mas brillara.
y en el desierto atroz del olvido
sere ese lirio que se niega a marchitar.
ese canto que se niega a callar
el eco tenue de un alma que se va,
que para siempre se va.