Fatídicos encuentros con la ausencia. Los cuerpos se contemplan, se conectan y se sueltan, en un espiral de absurdos se olvidan, el viento es el único amigo.
Las veces que se agotan los suspiros, todas las veces en que todo fue un delirio.
La lluvia abraza los silencios, pero luego todo arde con el ruido... Y tu que te has ido ...y yo que no existo...