Me llaman la inquieta, reina de toda desesperación. Me describo como la intrépida, la aterradora por naturaleza. Anuncio mi llegada con mi zumbido, para que no me puedas ignorar. Me confunden como la peligrosa, aunque enérgicamente trabajo con las rosas. Incansable es mi labor, dedicada a tu favor, dulcemente distribuyendo una favorable opción. Aunque se proponen una y otra vez de romper mi hogar, me dedico a dar mucho más de mí, sin descansar. Soy pequeña para muchos, y gigante para pocos, pero mi aguijón representa mi marca comercial. Nunca te acostumbres ami, porque sanarás, mientras yo pretendo volver a nacer en otro lugar.