Sí…
Sí…,
si me das el alma,
es como tentar el deseo,
es como precipitar lo que más poseo,
es como derribar la calma,
es como destruir la situación,
es como frenar el frío,
y saber que el destino es tentado,
como lo fue el gran pecado,
de atraer el gran desastre,
de querer el instinto y tan distinto,
como poder sentir la fría tentación,
porque sólo me das la fría pasión…