Anagracia

ATARDECER DORADO

Tarde dorada

de calles desiertas

que al ser descubiertas

se sienten amadas.

 

Por ellas camino

con el alma en canto

y rezo entretanto

y pienso sin tino.

 

Mis pisadas juegan

 y las hojas secas

se separan prestas

su alegría agregan.

 

Así son mis tardes

llenas de sorpresas

y sólo mirarlas

me dan esperanza.