Un hombre quería
hasta su último aliento,
vivir cada hora,
cada minuto,
cada segundo,
sacándole a la vida
todo su jugo,
gritando su alegría
a los cuatro vientos.
Prosperar para lograr
un buen futuro.
Y comenzó a trabajar,
trabajó como un burro.
Sacaba partido
hasta de lo mas fugaz,
de lo mas breve.
Trabajar en domingo,
vacaciones jamás...
Siempre sacrificio,
pensaba que con eso
lo conseguiría.
Hasta su último aliento
vivir feliz quería.
Pero la vida
no siempre es
como uno quiere,
o puede que el destino
al doblar una esquina,
torciera su camino.
El caso es que aquél hombre
de la noche a la mañana
fue perdiendo las ganas
y sentir desazones.
Sufría y lloraba
a veces sin razón.
Sus sueños
casi sin querer
cada vez eran menos,
sus deseos
se hicieron mas pequeños.
Un día se preguntó indignado:
¿Por qué no poder vivir
como en verdad queremos?
¿Por qué vivir es sufrir
y ser feliz solo en sueños?
Encontró gente
que le hacía daño,
gente ausente
pasiva y llena de engaños,
gente indiferente
hacia los necesitados.
Y fueron pasando días,
después semanas,
poco a poco años.
y así año tras año
se le pasó la vida,
cada vez mas triste
y mas asqueado
por lo que veía.
Y aquél hombre
que solo quería,
hora tras hora
y día tras día
vivir tranquilo, feliz ,
hasta su último aliento,
no llegó nunca
a culminar su obra
y murió solo
sin ser entendido,
ni gritarle nada
a los cuatro vientos.
JOMAB.