Sin haber visto sus ojos
su mirada conoció
y sin tocar su figura
sus formas acarició.
Noche a noche, ilusionada,
su historia le compartió,
y entre mágicos momentos
su corazón le entregó.
Los deseos de dos almas
en su compañía encontró
y dispuesta a ser feliz
a su lado comulgó.
Anna Gutiérrez.