Quién nos iba a decir
Que el tiempo
Nos convertiría en escarabajos
Peliagudos y desconformes
Sin una cueva
Donde guarecernos
Vivimos un tumulto
De pánico
Un aluvión sin compuertas
Donde nadie quiere llegar
Mucho menos
Al cepo ni al madero
Aunque la gente piense lo contrario
Del polvo venimos
Y al polvo vamos
Sin carta de presentación
Y a cada hora
Un nuevo aletazo
Con el afán de edulcorarte
Las amarguras y los aullidos
Azogues llenos de espanto
Degüellan tu retina
La vida te escupe
A diestra y siniestra
Porque nada es más humillante
Que perder la voz
En plena travesía
Remembranzas y encantamientos
Turban las neuronas
Un hálito silente
Recorre las sulfatadas mejillas
Los mansos se convierten en lobos
Se dispersan en manadas
Y un caracol melancólico
Es el único que te sirve
De compañía