Tras las cortinas, tu mundo.
Pequeño universo contrariado
que existe gracias a ti y sólo a ti.
Fuera de las paredes, quizás ,
de los muros, apagados, taciturnos,
melodías de cualquier bar que riza
el rizo de manifestar su modesta juventud
sin certezas ni complicaciones.
Qué te llevas, pues, de allí?
Una lumbre efímera, un candil,
desesperanzado, o desesperado,
como prefieras: un resplandor
helado. Mentiras y un cuadro
roto por la miseria. La cordura
destrozada, como pieles que rasgan
el baño, dúctiles, estiradas.©