Joseponce1978

Ten

Ten las alas siempre despiertas para volar alto cuando la penumbra trate de engullirte. Solo volando te despegarás de las sombras y solo quien vuela por encima del águila consigue evitar ser ensombrecido por ella. Aprende del vencejo, que decidió romper con los caprichos terrenales y afincarse en el cielo para no pasar la vida vagando por sombrías ilusiones. Yo, en cambio, aquí sigo colgado de una rama para mantener la distancia de seguridad con mi sombra. La batalla psicológica estaba perdida de antemano. Ya contaba con ello pero las secuelas azotan más de lo que cabía esperar.

Ten presta la sonrisa para pintar con ella las grisáceas zanjas abiertas en la esperanza por obra y gracia de los nubarrones. No te dejes engañar, desde el blanco hasta el negro existen infinitos tonos pero todos son grises al fin y al cabo.

Ten sin cerrar la puerta de tus sueños para dejar entrar en ellos a la comitiva de luciérnagas que llegan formando una estrella giratoria. Ignora a Sancho Panza cuando asegure que son balas de paja lo que va dejando la segadora en el campo de trigo. ¡Lingotes de oro son y nadie te va a convencer de lo contrario! Y además de bastantes kilates. Te pondrás delante de la máquina para advertirle que va perdiendo su tesoro y te pasará por encima dejándote el bigote trasquilado con sus aspas. Gajes del oficio y de peores has salido. Para la próxima ya andarás prevenido y aunque la veas segando poesía y dejando a su paso balas de papel, no se te ocurrirá ponerte delante para detenerla.