¡Amada Mía!
¡Oh, vida mía!,
que no perdonas mis celos,
amada mía,
alegría de mis días,
y de mis noches también,
sólo yo te recuerdo como un calor en desdén,
cuando en el aire está tu aroma,
como una fría alma,
que en el ocaso estás,
sin traicionar ni perdonar,
¡oh, amada mía!,
alegría de mis días,
y que en noches desnudo al cielo,
de luna lunita en el cielo añil,
¡oh, vida mía!,
¡oh, amada mía!,
es el viento y es el alma tan fría,
cuando en el trance de lo vivido,
quedó un sólo beso prohibido,
que es tan hábil el cielo,
cuando del suelo y yo vuelo,
tratando de arrancar del cielo,
quedo yo como avestruz sin alas,
y sin poder yo volar,
cantando como canta un Ruiseñor,
cuando arde todo el dolor,
en todo el mal que haces cuando amas con amor,
¡oh, vida mía!,
¡oh, amada mía!,
eres alegría de mis días,
cuando en el cielo estás…