Estoy sangrando cada verdad,
entrando en trance y fuera de hora
y me duele tanto que no puedo aguantar:
es la distancia de un mar entre ambos...
La espera y la cruel hemorragia
que a este lo crea de una manera salvaje.
La vida es corta y se pasa tan mal
que no queda otra que lanzarse a tus brazos
porque altibajos los hay constantemente
y es de valiente afrontarlos;
es una lucha en que la gloria alcanzarán los caídos,
los que han visto a la desdicha directamente a los ojos
y no han temido, conocedores de todo.
Pesa el mundo a las espaldas de un hombre
y los escombros se agolpan
del castillo a sus puertas
(será su ruina certera);
y el amor que siento es una plaga a mis nervios,
que la mente domeñan
abriéndola a de la muerte el misterio,
afluente que se cuela el intrépido
a su suerte que será ser bienvenido a mi templo
en el cuerpo, que tembloroso
da paso a un estado de alerta
ante el vacío tan próximo en una noche de ensueño.