Buscar el norte donde se encamina el deseo.
Saciar la sed del naufrago en el oasis de tu mirada.
¿Todo es una hojalata o es un silencio?
El acero que se funde en la tarde, agazapada, inverosímil, llena de incógnitas.
La armadura en espera, pero sin guerra.
La empuñadura y el desierto como testigo.
Necesito el aire para volverme noche.
La noche es de hojalata, abierta y desorientada.
Escucho sólo la prepotencia del viento, y la luz que me ciega.
Vuelve el tiempo a ser confidente.
Todo en estado de espera.
Ahora, falta tu mirada como guía, y ese ruido a hojalata que nos secunda hacia el infinito.
Infinito como los huesos en espera.