Jesús Rodríguez Saludes

ALGUIEN FELIZ

Con los ojos desahuciados y manos inciertas,

demasiadas persuasivas para retener

la gleba y la limosna de consecutivos días,

noches esperadas, insondables,

hasta el nuevo amanecer.

 

La felicidad pone cara de mendigo.

 

Casi siempre es una deuda contraída

con aquello que no es dable

ni posible de tener.

 

Alguna vez…

me perteneció por entero el inceñido mar

y el indivisible universo

deseable.

 

Alguna vez fui feliz.

 

Sé que lo supe

por la referencia de este azufre

incrustado como venas.

 

Alguna vez

– un breve instante nada más –

conseguí predecir el futuro testimonio

de las horas,

la fecunda libertad

de haber sobrevivido

a las ruinas del olvido

y la memoria.