Paseo con tranquilidad, y admiro
el ambiente somnoliento y reservado,
nadie parece percibir a nadie
anónimos nos cruzamos sin sentimientos.
No hay desconfianza, solo el individuo,
cada conciencia deambula y vuela
nadie saluda a nadie, se desplaza,
no parece se siga una ruta fija.
No hay vehículos, no hay ruidos,
solo luces próximas y lejanas,
no hay colores, luces blanquecinas,
sin viento, se oye la respiración, al pasar.
Lejos, una masa blanquecina, niebla,
un muro, por donde aparecen personas
y nadie entra, solo salen de… ahí.
Paralizado, ¡no sigo!… me vuelvo.