Puedo entender la lluvia
y el sonido en las ventanas,
entender de sequías,
deslaves y nevadas
Créeme que sí
puedo comprender del verano el sol,
del invierno el abrigo,
del otoño sus hojas
y en primavera el suspiro de amor
Puedo degustar pasteles
y reír de risas,
morir de mucha risa,
amar del alma los bailes
y contagiarme de alegrías
pequeñitas e inolvidables
Acepto,
mucho acepto
y no juzgo lágrimas,
ni la soberbia de los alaridos,
ni el sudor de los cobardes
A veces que es casi siempre,
entiendo de despedidas,
desato nudos,
levanto anclajes de naves varadas
y de inseguros vuelos sus pasajes
Todo o casi todo leo,
pienso mucho y hasta veo,
manos que despiden y peinan,
ojos que desde lejos besan,
letras arrodilladas
y pies intranquilos bordeando talles
He probado brazos,
brazos que arman roturas
y abrazos que suplantan vacíos
en rígidas y oxidadas armaduras
Lo que jamás aceptaré
es que pisen mis pasos,
sean buenos,
sean malos,
quizás caros,
dudo que sean baratos
No aprendí
y es para eso tarde,
a rifar mi tiempo,
a sesgar mis valles,
no concedo créditos
para amortizar maldades
Mi espacio, éste,
tiene infinitos míos,
sin amos y tampoco dueños
y no pido que lo entiendas,
tampoco pido que los ames...
***
La Habana, Cuba
Isis Marilys Alvarez Silva
16-06-2021