amada, necesariamente renací
en tu vientre para manantial ahogado,
y llame como el gilguero a un
romance ajeno de ancias vanas.
hoy te grito a voz en cuello,
amada... mis vientos te llaman
y mis palabras enlutadas
reclaman tu presencia en mi ser...
clamada. mas para que asistas
al fúnebre nefasto festejo de mi ser,
y al atardecer, me habras dibujado con tus lágrimas...
amada... hay tanto por recorrer,
hay tanto por caminar de hoja en hoja,
hay tanto por descubrirme...