Diego Nicolás García Contreras

pavesa

me siento solo
y apagado,
estoy luchando con mis demonios...
intentando abrazar la luz en el aire,
al lado del umbral...
y sigo caliente, siempre estoy caliente por sorber la fruta que me llene...
por absorber el resplandor para siempre...
y no tener que volver atrás...
a enchufar cables...a caminar atientas...tomando un hombro que corre...
la luz me abraza a ratos...y eriza mis pelos...y me regocijo...
es la sensación más bella que he sentido...
pero tan pasajera...
porque cae la noche y me recuerdo que no brillo...
que no ardo...y que nadie se reune en torno a mi sonrisa...
y me entristezco...
miro con envidia a las gentes influyentes...
miro con desespero a mi tarro...
lleno de talentos despreciados...
por mi...
no sé por cual partir...
no sé cual acariciar...
para brillar...
y vuelvo a sufrir...
cuando lo tuve todo y lo regalé porque no lo apreciaba...
esto viene desde lejos...
desde una infancia cargada de abandono...
de agua en los zapatos de mi fuego...
tanto llanto y yo sin canto...
se repite la escena...
y me despierto de golpe en la noche con un desespero...
y nadie sabe lo que sufro...
ni yo...
ni el tiempo...
solo me queda pensar que el fuego que arde más radiante que cualquiera...
el amor más apasionado y creativo...
el artista infinito...
me mira desde lejos, y siempre quiere echarme chispas...