En la calma de la noche quedamos los dos solos
en medio de una lluvia de caricias y besos,
que junto a la luna bautizo nuestro amor,
Naciendo en lo más profundo de nuestras almas
aquel sentimiento mágico
que con el paso de las horas se convirtio en pasión,
como si fuera un volcán en plena erupción,
Recorriendo entero nuestros cuerpos ardientes
aquella avalancha de cariño, como un rayo de luz blanca,
cuando tu fuiste mia y yo con mis besos
también fui tuyo al anochecer.
Quedándose en mi mente aquel dia de abril
cuando te jure amor eterno al besar tu mano de suave piel
y decirte que te queria en medio de una multitud.
Pero que hoy a causa de la lejania y de la vida con su ir y venir,
es solo un recuerdo del pasado que a ratos me hace feliz.