Algo en mi cambió y no sé si me encontré o me perdí.
El silencio y la soledad se han convertido en mis mejores consejeros.
Ya no hay frío por las noches, ni duelen las ausencias.
Ya no escribo cartas a quien nunca me lee.
No ando en los rincones pensando si volveré a cruzarme con aquellos
ojos que destrozaban mis muros de indiferencia. No tengo insomnio,
no lloro, no me siento triste. Ya no está más ese corazón pleno
que se rindió a las locuras del desenfreno, siempre a su merced,
capaz de dejar de ser él mismo y que ingenuamente creyó
y apostó y perdió. Ya no poseo ese corazón capaz de humillarse
y doblegarse con tal de recibir a cambio una migaja de atención.
Ya no está más. y aún sigo preguntándome si volví a ser yo.. o me perdí.