Desarraigo, desasosiego,
destino de pesto negro,
de cariños que de lejos
vuelven después de un paseo
que los lleve dulcemente
al lugar enloquecido
del pasado irreverente.
Desarraigo que me corre,
que me acosa, que me muerde,
que me busca cuando duermo,
cuando despierta me alegro
de olvidarme de mis penas,
de mis faltas sin retorno,
de los ruidos que me buscan
cuando me acuesto con pena.
Desarraigo sin espera,
sin deseos, sin rutinas,
sin paseos en tu bote,
en tu moto, en mi cocina,
en las tardes de verano
y en el cielo en la colina.