Cuantas mañanas
con tus aguas,
mi almas refrescaste.
A una higuera
que pugnaba,
entre el ser y el no ser,
alimentaste.
Fuiste vida para el sediento,
amor para el enamorado,
ansia y deseo para el ganado.
¡Pozo!
Profundidad y cielo,
amor y deseo.
¿Podrás ser un día
odio y olvido?
¿Podrás ser un día
de penas nido?
¡No lo creo!
¡No lo creo!
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