Acontéceme azul, mágica,
flotando en mi existencia
con tu habitual brío.
Porque al final de este cuento
habrás sido mi gran acontecimiento.
Ocúrreme con determinación,
so pena de verme achicando luz
para no hundirme en tu brillo,
fluyendo entre abriles
sin arrastrar más sedimento
que la mirada de las ardillas.
Sucédeme delante de hoy
y detrás de mañana
hasta antes del principio
y algo más allá del fin.
En este mismo momento
y al término de siempre
serás mi más preciado suceso.
Pásame imborrablemente
de segundos a siglos.
Mis pies solo traccionan
por encima de tus huellas
y si no paso tras tu estela,
nada bueno me pasa.
Algunos acontecimientos después...
Para mi suerte
me sigues aconteciendo.