Alfredo Saez

-Mercedes en Plegaria-

 
Un derrame terrenal de cromáticos otoños
fluye antiguo por las rectas calles de Mercedes,
caricias moribundas de muy bellos retoños
desde las blancas y protectoras paredes.  


La recorrida tras el nacional, familiar auto exilio,
me lleva a la olímpica Rambla del culebrero río
donde pululan angelinas coquetas en laico concilio
¡ miro sus armónicas líneas y muy gozoso les sonrío!

  Sigue el Rosedal en eterno deslumbre festival
de las más fragantes alianzas, pétalos y corolas,
y el borrico de la plazuela no es broncíneo animal
que educado no rebuzna a portantes de charolas.  

Muy serena en acuarela  fluvial,  Isla del Puerto,
floresta de arpados caminitos , de arenas y de nidos,
metamorfosis insular del tiempo a sano corazón abierto,
incitación adolescente, encantos de besos bienvenidos.

  El altar mayor que Manuel consagró a Nuestra Señora,
bautiza en mínima distancia al patricio Gaucho de Asencio,
ruegos de la mercedaria protección maternal a toda hora
con el rítmico tañido de campanas y oraciones en silencio.

  Mercedes del Hum de pacientes bucles, florida y amatoria
madre catalana para todos, hijos suyos, naturales y putativos,
en este período de probanzas cuando arrecia virósica historia,
aprontamos juntos, y con amor, rezos por  hermanos cautivos.