Yo, quizás sea un recuerdo esporádico que te invita a seguir
tú mi presente que día a día me arrastra a bendecir y maldecir,
me esfumo como antorcha que cesa en su intento de alumbrar.
Nunca supimos amar como en la guerra: sin cuartel ni tregua,
solo nos ceñimos a la larga lista de los muertos, de esos
esos que deambulan con una cruz en el pecho el más allá,
sin país, desterrada, sin que nadie preserve lo que fui.
Es grande mi deuda de alcanzar el sueño
Y es más dura el hambre y la sed que me taladran,
Después de todo yo fui la torpe que te dejó partir
y tú, solo te alejaste como venado que se fuga de la caza
y mira hoy como vagas saltando del pecho a mi frente
sin darme ni esperanzas de reencontrar tu aroma
embalsamando mis carnes, embelesando el sentir.
Estoy como los árboles enraizada a los recuerdos
y es cruel la intemperie que hay en mí, ni mis tormentas
ni mis tifones llevan agua dulce que los pueda hacer surgir,
este adiós estoy segura me ha pesado solo a mí…