La sangre de mi pueblo
en mi corazón hoy hierve.
¡Ojalá que la blancura de tus manos
no se manche con la sangre de inocentes!
Maldita guerra absurda que nos llevas,
a los fuertes a sentirnos débiles.
Espero que mis hijos
encuentren en su vida
un mundo mas alegre,
que edifiquen sus casas
junto a algún prado verde
y que este poco amor
que aún poseemos,
crezca en ellos
haciéndose mas fuerte.
¡Ojalá no tengan enemigos!
Que la paz en sus vidas reine,
que la sangre que sin piedad se esparce,
sea tan solo cosa del presente.
Mas no dejéis que sellen vuestros labios,
pueblo mío querido desde siempre.
Que hoy la sangre de este pueblo,
también en vuestro corazón hierve.
JOMAB.